Aunque suena extraño, Activision lo reconoció abiertamente en conferencia de prensa: "En muchos sentidos, Call of Duty: Black Ops 7 es una secuela directa de Black Ops 2". Esto no solo se aplica a una campaña ambientada mucho más cerca de la segunda entrega que de la sexta o a un multijugador que recupera mapas y armas de la edición lanzada en 2012. También —y para mi aún más importante— la decisión sirve para traer de vuelta la que todavía me parece una de las ideas más brillantes de la saga y de su emblemático modo zombies. Una idea que funcionó mejor en la teoría que en la práctica y cuyo regreso llevo mucho tiempo esperando: Tranzit.

Tranzit fue el mapa de zombies que llegó como contenido de lanzamiento a Call of Duty: Black Ops 2. El escenario era, hasta hace no mucho, el más grande de la historia de la franquicia. Un argumento de marketing poderosísimo que, recuerdo, fue el motivo por el que yo me compré el juego. Para quienes no jugasen hace trece años, la idea era que en este mapa había seis pequeñas localizaciones conectadas por una carretera a través de la cual nos podíamos desplazar en autobús. Además, fue aquí donde se introdujeron elementos como el 'crafteo' que hacían el conjunto más interesante.